miércoles, 29 de marzo de 2017

Todos hemos cometido este grave pecado en el Ajedrez: Dedicar más tiempo del necesario en calcular variantes "fabulosas" para al fin darnos cuenta de que no es factible jugarla. Mientras tanto, el tiempo vuela y llegado el momento de necesitar esos benditos minutos, notamos con terror, que carecemos de ellos.
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario