Kasparov habla del futuro del ajedrez, desde fuera de la FIDE
Valora el trabajo que lideró, que aunque no consiguió cambiar la FIDE, considera que sí cambió el mundo del ajedrez a mejor y continuará haciéndolo abriendo horizontes como ÀFRICA, donde no temen al cambio como sì lo hacen en Europa. Mantuvo su ànimo revanchista y dolido acusando al KREMLIN y el conservadurismo de corruptos negocios en las Federaciones.
Los temas que me había planteado eran atraer patrocinadores e iniciativas educativas e implementar las nuevas tecnologías en el juego y también dar más poder a las federaciones nacionales. No creo en absoluto que este resultado electoral haya sido un problema con esa plataforma o con los miembros ejemplares de mi equipo, ni que haya sido culpa de alguna de nuestras exitosas actividades. La conclusión triste es que trabajar duro y tener grandes ideas, invertir milliones de dólares para el desarrollo mundial del ajedrez, todo eso tiene muy poco que ver con lo de ganar las elecciones presidenciales de la FIDE hoy. Fue esa misma situación desastrosa que mi equipo y yo teníamos el empeño de cambiar.
Esperaba que todavía cupiese la posibilidad de formar una coalición con aquellos líderes de las federaciones cuyas mentes están abiertas a las reformas y con otras personas más que se hubiesen cansado de las falsas promesas y del estancamiento para así conseguir una cantidad ganadora de votos. La verdad es que nos quedamos cortos por gran margen y el resultado demuestra que la corrupción es todavía más profunda y es más común de lo que pensaba el año pasado en octubre, o incluso hasta esta propia mañana de las elecciones.
Tuve que afrontar tres retos: la maquinaria de la FIDE (el abuso de poder que hizo desaparecer votos y que convirtió a las comisiones en marionetas. Esto no fue una sorpresa, pero al comienzo creía que iba a tener suficientes recursos como para superarlo y probablemente hasta lo hice).
Hubo otros dos factores más que subestimé demasiado. Tenía el presentimiento de que el Kremlin pudiera estar involucrado, pero no me podía imaginar en que medida, ni cuan susceptible iba a ser Europa al respecto. Ni tampoco me podía imaginar antes cuan resistentes al cambio pueden mostrarse algunas de las federaciones más grandes. Veían que había una amenaza y buscaban excusas para poder mantener el status quo...
Mientras Europa se está convirtiendo en un continente perdido, durante esta campaña yo realmente descubrí África. ¡Me quedé tan impresionado por los jugadores, monitores y líderes con los que me encontré eentre Abuja hasta Zanzíbar! No tienen miedo al cambio; ellos lo buscan y luchan duro cada paso. El trabajo duro nunca es en balde y aunque no ganamos aquí en Tromsø, su pasión ya ahora está transformando el ajedrez en África y en breve, va a transformar el mundo y yo estaré orgulloso de poder haber formado parte de ello. ¡Nuestra lucha no se acabó! Tal y como escribió Nelson Mandela: "La mayor gloria en la vida no está en nunca caernos, sino en volver a levantarnos, cada vez que nos hayamos caído". ¡África se está levantando!
Poco a poco, el crecimiento y el cambio en el mundo del ajedrez van a cambiar la FIDE; está claro que la FIDE no puede cambiar por su propia cuenta. Hará falta más trabajo en la base en cuanto a cifras y esfuerzo. Los aficionados al ajedrez deben convertirse en administradores del ajedrez. He hablado muchas veces de reforzar la base de jugadores para levantar el mundo entero del ajedrez y eso es válido también en la política del ajedrez. Las buenas personas que se apunten poco a poco van a desalojar del tablero a los malos. ¡Ustedes lo podrán hacer y triunfar! La gente debe trabajar en sus comunidades de ajedrez y cambiar sus federaciones de manera que nuestro gran juego reciba la representación que se merece.
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