Bobby Fischer define muy bien al jugador que acaba de perder y que pone una y mil excusas para tratar de "explicar" su derrota. A mi modo de ver, esta actitud trata de minimizar la victoria del rival y creo que se debe evitar a toda costa. Yo me muerdo los labios, extiendo la mano saludando al vencedor y si él quiere, analizamos juntos la partida.
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